Más que un analista, somos embajadores del café

En los países productores, el gremio del café es una de las mayores riquezas. Como analistas de calidad, tenemos el privilegio de probar cafés frescos, directamente de la finca al laboratorio. Es una experiencia única que no todos pueden vivir. Pero nuestro rol va más allá de catar cientos de tazas al día. Nuestro verdadero propósito es sentir la magia del café en cada sorbo y potenciar, a través del tueste, todos los atributos que el productor logra en su finca con tanto esfuerzo.

El productor y su café, los verdaderos protagonistas

El café tiene la increíble capacidad de adaptarse a diversas condiciones geográficas, y cuando hay un buen manejo en finca, da lo mejor de sí. Ahí entra el conocimiento del productor: alguien que conoce su terreno, entiende su cultivo y ejecuta con rigor cada etapa del proceso, desde la recolección hasta el secado. Cada grano es único, como lo es cada historia de vida detrás de él. Así, el café se convierte en una expresión auténtica del lugar donde nace y de las manos que lo trabajan.

Una misión con sentido

Durante más de diez años he tenido la fortuna de conocer el esfuerzo de muchos productores de mi región. Es un orgullo poder descubrir los atributos de sus cafés y presentarlos al mundo. Como analista, mi misión es sacar a la luz el potencial de cada grano que llega a mis manos, y lograr que el cliente, al probarlo, perciba una parte de esa historia. Porque detrás de cada taza hay una familia caficultora entera: esposos, esposas, hijos y abuelos que trabajan unidos con un mismo sueño.

Café con propósito

No somos simples analistas. Somos responsables de contarle al mundo lo que hay detrás de un café de calidad. Mostramos la dedicación, el amor y la tradición que se cultiva día a día en las fincas. Por eso, para nosotros, el café no es solo una bebida: es amor, es pasión, es cultura, es un estilo de vida.

Escribe: Daniela Tapiero